Fue la teoría que Oparin y Haldane propusieron para explicar el origen de la vida en la Tierra. Ellos decían que a partir de la formación de moléculas sencillas y descargas eléctricas producidas durante tormentas, se habrían reaccionado formándose otras moléculas más complejas. Estas se acumularían en los océanos primitivos. Algunos de estos compuestos se unirían y formarían coacervados, que serían los precursores de los primeros organismos.
Stanley Miller realizó esta experiencia en un laboratorio y consiguió que se formasen compuestos orgánicos sencillos, por lo que esta hipótesis recibió un fuerte apoyo en 1953.
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